La fuente del yoga reposa en la necesidad que el ser humano ha tenido siempre de encontrar un sentido a su existencia, en su acepción más pura, es una respuesta a esa necesidad. El término yoga se deriva del sánscrito yuj que significa unir, es la acción de unir o juntar aquello que está separado, la experiencia del yoga es la eliminación de la idea ilusoria de que somos seres separados unos de otros y del universo que nos rodea…*
El yoga abre la mente a la totalidad del universo, lo que redunda en la experiencia de la transpersonalidad, superando la identificación con ideas limitadoras acerca de la realidad, es una vía hacia la liberación, hacia la iluminación; así, con su práctica asidua y constante, la mente del individuo experimenta consciencia de unificación con sus niveles más profundos, se abre hacia la aceptación, la compasión y la empatía con los demás seres humanos, esta experiencia genera, demás, un impacto positivo y tangible en el organismo, incluso los principiantes manifiestan sentirse menos estresados, más relajados y con una agradable sensación corporal tras su primera clase.
El yoga como terapia, se enfoca en la integralidad de lo mental, lo emocional y lo físico, la práctica, en principio, se asienta en la habilidad de concentrarse mentalmente, ya que esencialmente, el yoga es una experiencia de atención concentrada (Ekagrata) que se logra a través de la respiración, las posturas y otras prácticas más específicas. Una mente serena y concentrada genera un estado de ánimo vinculante y agradecido, esta es por naturaleza la fuente de salud y equilibrio en el cuerpo físico, lo cual nos lleva a tener conciencia de la unidad entre el ser individual con el Ser universal del que todos somos parte. En la medida que se deje de lado la ilusión de aislamiento y separación, la salud del cuerpo físico deja de ser un objetivo en sí, al recordar que en esencia siempre hemos sido saludables.
En el proceso, el cuerpo experimenta en muchos casos la curación de dolencias, aumenta su flexibilidad y se corrigen malos hábitos de posturas, se eliminan dolores crónicos de espalda y articulares, se regula el sueño y se cura el insomnio, muchas posturas (asanas) de yoga aumentan el tono muscular, la resistencia y la fortaleza, mejoran la circulación sanguínea tienen efectos positivos para bajar la presión arterial y disminuir la frecuencia cardíaca, lo que disminuye los riesgos de problemas cardiovasculares, la práctica del yoga también se ha asociado con la disminución de los niveles de colesterol y triglicéridos y una mejora del sistema inmunológico,
La respiración consciente que se practica en el yoga (pranayama) mejora la oxigenación y purificación de la sangre, esta consciencia de la respiración es un tratamiento directo y natural para eliminar el consumo de cigarrillo, alcohol y otras adicciones que dañan el organismo. Se observa además, que con la práctica aumenta la sensibilidad a los alimentos que se consumen, por lo que hay una tendencia natural a mejorar la dieta y a consumir productos de mayor calidad, lo que redunda en que los procesos digestivos mejoran de manera significativa, regulándose además el peso corporal, asimismo, ciertas prácticas eliminan problemas de estreñimiento. Los practicantes de yoga experimentan rejuvenecimiento anímico que se refleja en un cuerpo físico vital, liviano, fuerte y juvenil.
Investigadores han comenzado a estudiar los beneficios del yoga en el campo médico, psiquátrico, endocrinológico… y lo incluyen como tratamiento complementario en ciertas patologías, como la depresión y otros desórdenes psicológicos y de comportamiento. La meditación, como práctica integral del yoga, facilita los estados de introspección, ayudando a eliminar los conflictos psíquicos, liberando la mente del descontrolado y obsesivo pensamiento que juzga todo, facilitando una mejor interacción con situaciones y personas en apariencia amenazantes, muchos practicantes afirman que el yoga les ha ayudado a mejorar sus relaciones interpersonales de pareja, familiares y de trabajo.
Son innumerables los beneficios del yoga, se podría decir que «sirve para todo», esta afirmación parece inverosímil y fantasiosa, sin embargo la tesis es sencilla: El yoga trabaja en la causa de todos los desórdenes, esto es, la mente. La experiencia del yoga es en esencia un trabajo de transformación mental.
Cuando habitas en un estado mental sereno y concentrado, la confianza y la tranquilidad se asientan en un entorno de armonía y belleza, todo esto es creado por ti mismo, de este lado eres el responsable de tu bienestar, del otro lado, eres la víctima llena de miedo y desconfianza, defendiéndote de los demás en medio del caos que genera una mente dispersa y enferma, esto también lo creas, ¿En cuál lado prefieres habitar?
*El universo es uno, todo está conectado, todo se influencia entre sí, la realidad depende de lo que el observador piense, no hay realidad aparte del pensamiento del observador, pensamiento y realidad son uno.
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