Vivir entre problemas es el pensamiento dominante de la mente humana y buscar soluciones para los diferentes problemas, es la manera ordinaria de afrontar la vida. Una vez que un problema ha sido solucionado, otros van apareciendo como una secuencia al parecer infinita.
El problema es pensar que hay problemas
Allí donde tu atención se instala, aquello toma importancia y crece. Si se trata de atender problemas, estos seguirán apareciendo porque tu atención los favorece. Ahora, parece que tienes una buena cantidad de problemas y a la vez un buen motivo para vivir: Resolver todos tus problemas, para ser feliz.
Parece un laberinto sin salida, en efecto, es así. Ese es el laberinto mental al que los humanos le dedican su vida. Entregando todo de sí, atrapados en un sistema que se ocupa de aumentar las preocupaciones, pues a los problemas personales, hay que aumentar los de la familia, la ciudad, el país y el mundo!!! Y para eso estás dispuesto a poner tu atención a las noticias que vienen a través de la televisión, los periódicos, el internet, la empresa, el colegio, la familia, los amigos… en fin por todas partes, sólo ves problemas.
La paz es una vida libre de problemas, en esto todos estamos de acuerdo, todos queremos vivir libres de problemas, queremos tener paz, tiempo para compartir con alegría, queremos salud abundancia y larga vida. Pero pensamos que los problemas no nos permiten alcanzar esa paz.
El verdadero problema, radica precisamente en la idea que tenemos del mundo, la cual ha sido y sigue siendo inculcada de manera inconsciente, simplemente y sin cuestionarnos, pensamos el mundo de una cierta manera, como un paquete de problemas.
En síntesis, necesitamos tener claridad que esta perspectiva acerca del mundo no es más que una idea, la cual por supuesto podemos elegir transformar.
Hay una solución para todos tus problemas.
Todas las disciplinas espirituales, llámese religión o filosofía, con todas sus técnicas y métodos que van desde la oración, el ritual, las abstinencias, los credos, hasta las prácticas no dogmáticas como el tai chi, el yoga o la meditación, apuntan a un único objetivo: la experiencia del “espacio sagrado” y ¿qué es el espacio sagrado? Lo he llamado así como una manera de definir una experiencia que está únicamente en el campo de la mente, en la que por naturaleza habita la paz.
En el espacio sagrado no hay problemas
El espacio sagrado, es ese campo al que acceden los seres para su iluminación. No está en ninguna parte, no pertenece ni es exclusivo de ninguna agrupación ni de nadie en particular, no tiene límites y no existe en el mundo de los problemas. No obstante es una experiencia consciente, real y al alcance de todo ser humano, por lo tanto también a tu alcance.
Ya es un tema comprobado por la ciencia que mediante una adecuada y asidua práctica de meditación, una persona va transformando sus conexiones neuronales, es decir, las vías usuales que canalizan sus pensamientos en el cerebro, la persona va creando en su mente otra manera de ver el mundo. Con un poco de práctica, puede ver con claridad que los problemas no existen objetivamente sino que son un puñado de pensamientos.
En el espacio sagrado, ningún problema puede existir pues todos ya están solucionados. Esta certeza da paso a un estado emocional de paz y alegría, el cual, se refleja en las experiencias diarias, una apertura mental a la no resistencia, sino a la aceptación de lo que suceda, a sabiendas de que no puede ser real.
Sólo puede ser real aquello que está en conexión con tu espacio sagrado. Vivir en conexión permanente con el espacio sagrado es la iluminación, Cristo lo ejemplificó claramente:
25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer, o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? (Mateo cap.6)
Ahora bien, ¿a qué le dedicas tu atención? ¿En qué grado eres consciente de cómo gastas tu energía mental?
Recuerda, sí hay una solución a todos los problemas, no es religioso o dogmático, es una actitud de conciencia.
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