El Yoga se está abriendo mayor espacio entre las costumbres de la sociedad occidental, se acopla perfectamente a la creciente corriente que se caracteriza por adoptar hábitos saludables tanto en el aspecto físico como en el mental.
La adopción del Yoga en occidente, ha abierto la posibilidad para que un amplio sector de la población tenga acceso a una disciplina que tradicionalmente se desarrolló en un ámbito masculino, cerrado exclusivamente para maestros y discípulos. Curiosamente hoy más del 70% de practicantes son mujeres. También es importante señalar que la expansión del Yoga lo ha despojado de un halo de misterio, fakirismo y superstición, para asumirlo simplemente en una dimensión práctica, llegando en extremos a considerarlo una disciplina física, incluso en un campo competitivo.
Buena parte de los practicantes llega al Yoga en búsqueda de una solución, adoptándolo como una terapia efectiva. De hecho, un número importante de practicantes proviene de los consultorios médicos. El Yoga es una alternativa como terapia porque da una efectiva solución a muchos problemas de salud física y emocional. Lo cierto, es que el Yoga provee resultados tangibles incluso desde la primera sesión: mejorando problemas de columna y espalda, ayudando con la movilidad de las articulaciones, regulando la digestión, pero principalmente mejorando el ánimo y el control de la ansiedad normalizando claramente los períodos de sueño.
Ya que no puede haber Yoga sin atención o ekagrata, dentro del amplio público que hoy practica el Yoga, existe la consciencia de que no se trata simplemente de una práctica física, por lo tanto y en esencia, el Yoga es adoptado como una disciplina que entrena principalmente la mente, liberándola de condicionamientos que producen malestar. De esta forma, el Yoga trasciende el simple ejercicio para convertirse en un estilo de vida, en una manera de pensar y actuar…
YOGA Y SALUD
La visión occidental se caracteriza por la búsqueda incesante de satisfactores externos, en este contexto, el concepto de salud también es dependiente del entorno, es decir fuera del individuo, lo que ha llevado a considerar que un estado de salud es algo que se debe «alcanzar» como si por naturaleza fuera la enfermedad parte de nuestras vidas y no la salud con la que un niño nace.
De esta visión fracturada de la vida, donde la enfermedad y la muerte la asechan todo el tiempo, surgió la quimiodependencia como un factor determinante para «tener» salud, dando soporte al poderoso negocio de la farmacéutica, a las empresas prestadoras de servicios y hasta a las instituciones que avalan a los profesionales de la salud, a las que les es conveniente para su subsistencia, que la enfermedad, el dolor y la angustia humana permanezcan ancladas en la sociedad.
En medio de este árido y deprimente contexto, el Yoga, surge como un bálsamo que conduce al descubrimiento de nuestro propio poder interno para sanar, también para crear un seguro escudo preventivo contra todo aquello que nos amenaza. En este proceso empírico, se consolidó una de sus tendencias más recientes y vigorosas: El Yoga Restaurativo o Terapéutico, cuyas técnicas están dirigidas a personas que por alguna circunstancia o limitación no pueden practicarlo en una clase corriente, ya sea por edad avanzada, limitaciones físicas por morfología, ausencia de miembros, lesiones o enfermedades.
El Yoga Restaurativo se caracteriza en brindar ayuda durante la construcción y estabilidad de las posturas o asana, se utilizan diversos elementos de apoyo como mantas, cojines, cinturones… etc. el practicante accede al beneficio derivado de las asana pero sin esfuerzo.
¿POR QUÉ CURA EL YOGA?
¿Cuál es la razón para que muchos profesionales de la salud, tomen como alternativa el yoga para sus pacientes, cuando ya han agotado todos sus recursos, medicamentos y procedimientos para sanarlos?
Se cree que la antigüedad del Yoga es de más de 5.000 años, no obstante en el primer texto clásico que lo documenta, los «Yoga Sutra de Patanjalí» que se estima, se escribió entre el 300 AC y el 100 DC no se encuentra ninguna propuesta específica de ejercicios corporales o asana (posturas), como hoy popularmente se le conoce. En esta compilación filosófica de aforismos (sutra), Patanjalí deja de manera explícita y contundente la definición de Yoga como: «La cesación de los torbellinos mentales». Eso es, en esencia, lo que un yoghi debe lograr: parar el desordenado flujo de pensamientos que «pasean» sin rumbo por su mente.
Posteriormente encontramos textos del Yoga (1) que enriquecen el postulado de Patanjali. Finalmente después de varios siglos, se encuentran ciertas técnicas psicofísicas, entre ellas, principalmente las posturas o asana y los ejercicios de respiración o pranayama que son parte esencial de Hatha Yoga. ¿Cuál es la razón de las extrañas posturas y de los intrincados ejercicios respiratorios? simplemente el de ser un puente o una herramienta para el logro del estado mental liberado de pensamientos desordenados o torbellinos mentales, es decir el estado de Yoga o de «unión» que es lo que significa la raíz Yuj de donde proviene.
En última instancia, la práctica del Yoga «limpia» ordena y cura la mente, ese es el punto medular. El cuerpo físico es una real expresión de la mente, es forjado y «construido» según los pensamientos. El lenguaje corporal advierte y señala como reflejo claramente una previa actitud mental. Es concluyente que desde una mente agobiada por pensamientos, en su mayoría de angustia por el sufrimiento contraído o causado en el pasado o por por el que pueda venir en el futuro, que la correspondencia con el cuerpo físico sea de desequilibrio dolor y enfermedad.
Ya hay un acuerdo, la comunidad científica llama estrés a la confluencia de los torbellinos mentales, lo que en otras palabras se podría definir como un desequilibrio mental. ¿Cómo se intenta equilibrar este desorden? Para los médicos, la solución es suministrar al cuerpo del paciente sedantes y antidepresivos. Es claro que se está tratando de mitigar síntomas y que no se va a la causa del problema, lo único que se logra es una mayor complicación ya que se intoxica el organismo e invariablemente el paciente retorna al desequilibrio pero cada vez con mayores consecuencias nefastas. Algunos médicos, apremiados por los resultados, deciden que su paciente ya no tiene remedio y deciden «apostar» por el Yoga, y aunque muchos de ellos nunca han tomado una clase, pero con seguridad han tenido referencia de que el Yoga puede ayudar, entonces le recomiendan a su paciente que tome unas clases. Ojalá ocurriera esto en la mayoría de los casos, pero ya que no es así, muchos pacientes terminan muy mal, casos se han visto…
También se han visto casos en los que los pacientes, que haciendo caso de la recomendación de su médico toman con disciplina sus clases de Yoga, tienen evolución positiva, superando sus estados patológicos. Muchos, además adoptan el Yoga como parte de sus vidas, pues descubren la simple ecuación: El Yoga cura la mente, por lo que realiza y concluye con su propia experiencia aquello de mente sana en cuerpo sano.
EL PODER DEL YOGA
Si es ejecutado con una instrucción adecuada, el Yoga empodera y libera mentalmente al practicante. Desde un punto de vista terapéutico el Yoga podría ser considerado como una medicina integral por sobretodo natural, cuya función es la de serenar la mente para que pueda «aunarse» con el «poder sanador» que todos tenemos en nuestro interior. La práctica asidua y constante, abre al practicante a una nueva consciencia que lo conduce necesariamente a una identidad liberada de condicionamientos mentales, en su mayoría limitantes, en el proceso, su cuerpo se «alinea» de manera congruente con su mente, por lo que sin esfuerzo, por naturaleza expresa ligereza, flexibilidad, fortaleza… es decir salud. Es bien sabido que los yoghis trascienden los condicionamientos (mentales) de la edad, hombres y mujeres mayores con una salud de hierro y cuerpos jóvenes.
Finalmente, podemos preguntarnos, ¿Por qué al Yoga invariablemente se le asocia con la espiritualidad? Francisco, el Papa, nos ahorra explicaciones «Uno puede ser espiritual pero no religioso». El yoga es en esencia una disciplina espiritual, la salud y todos sus beneficios colaterales, son sólo un efecto de un proceso profundo de identificación con el poder vital que todo ser humano tiene.
El Yoga es una disciplina que ha superado los siglos, sigue ahora un camino de expansión impresionante, la única razón para que esto suceda es porque ha probado con suficiencia que es útil para la humanidad.
(1) Textos escritos con posterioridad: Hatha Yoga Pradipika, Gheranda Samhita, Shiva Shamita (Entre el 1000 DC. y s. XV-XVII DC)
Leave a Reply