Continuamente nos llega información sobre dietas y regímenes alimenticios no siempre útiles, a su vez, se nos ofrece la propuesta de la alimentación consciente como nueva tendencia o, mejor, como filosofía de vida.
Es sabido que la calidad de vida es volver al origen, a lo simple, a poner en práctica esas pequeñas acciones que nos facilitan la vida en cualquier escenario: familiar, laboral, académico, deportivo, etc., bien sea mediante una mejor planificación de actividades, de presupuesto o de tiempo, o bien, dejando atrás apegos, eliminando el exceso de trabajo o aprendiendo a manejar factores que nos causan estrés.
No podemos dejar de lado que esas prácticas conscientes para mejorar la calidad de vida, son efectivas en la medida que también seamos sensibles y sensatos en la forma de alimentarnos. Debemos escuchar nuestro cuerpo, cuando te hace rugir el estómago si tienes hambre o te manda la señal de estar satisfecho o te dice qué conviene o no a tu organismo; «escucha»… ¿qué le sienta mal?, ¿qué le causa estreñimiento? ¿qué le genera cansancio? ¿qué le produce ansiedad?, comer no es el acto de deglutir, de llenarnos de químicos o de comidas rápidas, de salir del paso, se trata de un acto de responsabilidad con nosotros mismos.
Disfrutemos nuestra capacidad para concentrarnos en nuestra alimentación a la hora de comer, no permitamos que nuestros pensamientos nos lleven a otros asuntos (voy a llegar tarde…, debo terminar el informe…, hacer compras…, pagar servicios…, la cita…, etc.).
Revisemos nuestras costumbres en la alimentación, desde la selección de los alimentos, la forma en que los consumimos y hasta de evacuarlos. Tal vez encontremos que no necesariamente son los ingredientes de los alimentos, sino el hecho de ignorar las señales físicas lo que nos lleva a sentirnos mal, a tener una mala salud física y emocional y hasta un peso inestable.
Llámese alimentación intuitiva o consciente, es la manera tan sencilla, tan simple, como es la de «escuchar» nuestro cuerpo, al sentirlo con consciencia, honramos nuestra salud con inteligencia.
Nuestra propuesta de hoy en el camino de mejorar la calidad de vida proporcionando a nuestro cuerpo alimentos naturales, son unas deliciosas brochetas de frutas y esta es la receta:
Brochetas de Frutas
(30 porciones – tiempo de preparación: 20 minutos)
Ingredientes:
½ Piña mediana
½ Melón mediano
½ Patilla (sandía) mediana
5 Mangos medianos
6 Bananos
6 Kiwis
10 Carambolos
1 Racimo grande de uvas
30 ciruelas
Palos cortos de pinchos o brochetas
Preparación:
1. Lavar y desinfectar las frutas, escurrir, secar
2. Pelar y cortar por la mitad la piña (dejar el moño), reservar la otra mitad.
3. Cortar el melón a la mitad, reservar la otra mitad.
4. Cortar por la mitad la patilla, reservar la otra mitad.
5. Cortar en cubos anchos los mangos y los bananos
6. Cortar en redondeles gruesos los kiwis y los carambolos
7. Pelar y cortar en cubos la mitad de la piña, el melón y la patilla
8. Armar los pinchos ensartando las frutas en los palos para pinchos o brochetas
9. En una o dos bandejas colocar las mitades reservadas de la piña, el melón y sobre éstos ensartar de forma decorativa los pinchos de frutas.
Aporte vital de la receta desde la visión Ayurveda:
Como todas las frutas el elemento agua se ve presente en esta receta. En menor medida elemento tierra y algo de aire, todo lo cual hace la receta sutil y fácil de asimilar.
Su alto contenido de vitamina C y de fibra, fortalece el sistema inmunológico y los procesos digestivos.
El mango, el banano y el kiwi, apoyan el fortalecimiento de los músculos dando una importante contribución energética a los tejidos musculares (mamsa dhatu).
Así mismo, la receta brinda de manera significativa antioxidantes a través de las uvas, las ciruelas y el kiwi, frutas que ayudan a prevenir enfermedades como el Cáncer y cardiopatías.
Con la colaboración de: Lilia Daza y Marcela Ramírez
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